lunes, 24 de marzo de 2014

Lunes con dolor de garganta

Hoy es lunes como nunca ha sido un lunes en esta vida. Hay algo dentro mío, algo así como un hueso fundamental que falta, como una herida que nunca empezó a sanar. Hay algo siempre en el hombre.
Hoy la vi (decir es hacer del alfabeto una patraña). Juzgo, desapruebo. Tengo la espalda que tiembla de ausencias tuyas, tengo un nombre astillado a mi nombre, como un acta de nacimiento, como un bote anclado para siempre.

Voy a decirlo; vos me das más miedo que cualquier muerto, que cualquier avergonzarme, que cualquier ser yo.

Otro día que engrana y que no logro deducirte, que no logro encontrar el espacio en el universo que ocupa una falta, una peca, una desolación. ¿Por qué solo tengo de vos tres letras? Si fueran ocho, por ejemplo, sería más fácil olvidarme.

Nada hay que no sea yo tropezando con el muro infinito, con la piedra recuerdo, con mis propias palabras embrutecidas con sábados por la noche, con tragos de la mentira que sos en mi cabeza.

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