Esta noche me extendió
su cortina manchada de ceniza,
el escenario donde la luna
se desnuda ante cualquier silencio.
¡ah la sencilla luna!
perpetua donde uno la dejó ayer.
Y ahí quedó la noche
completamente amordazada,
sin más lengua que el puño
de un hombre solo.
Uno se engaña a veces
con el seno fulminante de la noche
pero ¿quién no ha querido destaparlo?
destapar esa cortina vieja, la de siempre,
destaparse uno todo,
y que quede... que solamente quede
lo que tenga que quedar .
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